Mi querido niño y yo nos fuimos de compras el otro día. Yo, madre abnegada, decidí no enfadarme con él en toda la tarde (mi ulcera me apoyo en esta ardua tarea) y él , adolescente en funciones, creo que decidió pedirme todo lo que había en las tiendas.
Les voy a poner en antecedentes: Querubín y yo, centro comercial en el centro de Bilbao (permitanme la redundancia), vacaciones de navidad. Estuvimos visitando esas tiendas tan monas y agradables con música discotequera y ropa que yo, por tamaño, no me podría poner ni como pañuelo. Al final, mi ángel se decidió por unos vaqueros (iguales a los anteriores 500 que habíamos visto) que le quedaban lo suficientemente grandes como para llevarlos a la altura de la cadera y enseñar el calzoncillo. Con esta compra dimos por terminado el periplo de gastos y nos dirigimos a la zona de cafeterías.
De repente... mi niño comienza a abrazarme y decirme lo guapa que soy. ¿Un ataque de amor filial?, se preguntarán Ustedes. "No", les contestaré yo, simplemente pasábamos cerca de una heladería y él quería un helado.
Como ya les he dicho antes, había salido de casa dispuesta a complacer a mi Querubín y por lo tanto nos dispusimos a comprar un helado. En la heladería estaba una mujer extranjera que en ingles le pedía a la heladera dos helados (de chocolate y de vainilla, por si tienen curiosidad por los gustos de las mujeres extranjeras de habla inglesa en cuestión de helados). Cuando la señora en cuestión pagó y la heladera le dio gentilmente las gracias ("thank you", fue concretamente lo que dijo), le tocaba el turno a mi niño de pedir su helado (por supuesto el más grande de toda la heladería, que mi Querubín es de Bilbao).
Querubín, señalando la foto de un gigantesco helado: "I want one of this"
La heladera: "¿Cream?"
Yo: ¡¡¡Querubín, tú en castellano!!
Mi ángel, mirando a la heladera y respondiéndome a mi: ¡¡No, ella sabe ingles y yo también, así que practico!!.
La señora extranjera que seguía guardando los cambios no dijo nada pero puso cara de estar pensando: "¿Se estarán riendo de mi?".
Luego, ya en privado, mi niño me dijo que esa frase le salia muy bien cuando estaba en Inglaterra y que tenía que practicarla. Claro que si, hijo mio, amortiza el viaje que a frase por año algún día dominaras la lengua de Shakespeare.
Je, Je que bueno... Volveré por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo,
Rato Raro
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminarGracias, espero seguir inspirada en este 2012 (seguro que mi Querubín me da motivos).
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