Ayer tuvimos visitas en casa, un compañero de trabajo salvadoreño vino a cenar con dos amigas, una de ellas cubana y la otra ecuatoriana (están los tres haciendo un master aquí).
La cena transcurría con total normalidad explicándonos y contándonos mutuamente las diversas y exquisitas diferencias gastronómicas entre los cuatro países (por cierto, descubrí que el arroz a la cubana no es típico en Cuba) cuando mi querido Querubín decidió intervenir:
- Querubín mirando fijamente a la chica cubana: "Si eres de Cuba, ¿te han dejado salir de allí?"
- El resto de los presentes entre risas nerviosas y queriendo quitar peso a la pregunta: "No ves que está aquí, je,je,je"
- Querubín -que nunca se da por vencido-: "Pues mi profesora de geografía me ha dicho que en Cuba hay una dictadura y que no les dejan salir de allí".
- Yo: "¿Habéis probado alguna vez las anchoas en aceite?"
- Mi compañero de trabajo entre risitas nerviosas: "Ya ves, pues ha salido".
- Querubín pensando que no nos enterábamos de nada: "¡¡Ha podido venir escondida en un barco!!".
- Yo: " Y la tortilla, ¿que os parece la tortilla de patatas?
Aquí intervino la chica cubana y le dio a Querubín una explicación sobre los bloqueos que pareció convencerle. Entre eso y que yo le metí en la boca un pastel de arroz, se cayó un rato y seguimos hablando de lo que se parecen las calles de La Habana al Casco Viejo bilbaíno.
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