Todos hemos tenido algún problema con las llaves en algún momento de nuestra vida. Llaves perdidas, extraviadas, robadas, dejadas en casa.Puede pasar.
A mi querubín le pasa también, pero...TODO. A mi media naranja y a mi nos costó mucho hacerle entrega de unas llaves a nuestro ángel, ya que su media de cosas extraviadas (bolígrafos, chamarras, jerseys, etc...) era muy elevada, pero al final su Señor padre le dejo las suyas para que mi arcángel fuese a por una de las múltiples cosas que había olvidado en casa.
Primera en la frente. Querubín vino donde mi y me pidió las llaves para ir a casa a por algo olvidado. Yo se las deje -por supuesto sin conocer que mi honorable esposo ya le había dejado las suyas y por lo tanto sin sospechar nada-. Al rato, bastante rato, mucho rato, vuelve angelito mio y con lágrimas en los ojos nos dice que las llaves de su amado padre están colocadas en la cerradura por dentro de la puerta de casa y aunque ha intentado con las mías abrir, no se puede.
Su paciente padre, su querido tío y un amable amigo fueron a casa a intentar con eso que tan sencillo parece ser para los ladrones de meter una tarjeta y abrir la puerta. Tarjetas, radiografias, alambre y cerrajero que tras el pago de los correspondientes euros abrió la cerradura.
Pasaron unos meses -supongo que ustedes entienden nuestros temores-, antes de atrevernos a prestarle otro manojo de llaves. Lo hicimos para que recorriese la fastuosa distancia de 600 metros que hay de casa a la academia de inglés. La angelical criatura llegó más tarde de lo habitual y como ya sospecharán...sin llaves.
Su siempredispuestamadre, osea yo, salí a buscarlas. Miré en todas las alcantarillas, bajo todos los coches, pregunté en bares, tiendas, fui a la academia. Nada. Las llaves habían desaparecido. Solución: Llamar a nuestro cerrajero (que a este paso acabaremos tomando copas con él), pagarle 200 euros y cambiar la cerradura.
Creerán Ustedes que no hay más formas de fastidiar a una madre con unas llaves. Pues están en una terrible equivocación. Como creemos -que somos mu'psicologos- que al querubín hay que darle responsabilidades, a pesar de todo, a los seis meses de los últimos 200 euros le volví a dejar llevar las llaves al colegio. Mi ángel salió de casa a las tres y yo a las cuatro tenía que ir a recoger a querubincito -vamos su hermano pequeño-. Cual fue mi sorpresa al ver que no podía abrir la puerta. "Se ha estropeado la cerradura, pensé", pero como he parido al querubín se me ocurrió que tal vez, solo tal vez, podía haberse ido dejando las llaves en la cerradura ¡¡por la parte de fuera!!. Llamé a mi santa hermana que sin comer vino a rescatarme. Yo esperaba en casa con un ojo puesto en la mirilla.
Al llegar, abrió la puerta tranquilamente con las llaves que tan gentilmente había dejado mi ángel para quién quisiera entrar en nuestro acogedor hogar.
Hemos pensado por unanimidad mi media naranja y yo, osea la naranja entera, que los veinticinco nos parecen una buena edad para regalarle al niño el llavero con las llaves de casa.
Querida amiga, a pesar de que me has hecho pasar unos de los ratos más divertidos del día, te diré que te armes de paciencia, para afrontar estos aconteceres de la mejor manera posible. Sé que lo haces, y lo malo de todo esto es que tu niño, lo verá normal y cotidiano, ¿a quién no le ha ocurrido esto alguna(no 20 veces)vez?. Nada que lo dicho, mucha paciencia, que dentro de unos años...nos reiremos de todo esto. Yo aún todavía estoy en esa vorágine, y cada día mi querubín, como tu dices me sorprende más.
ResponderEliminarGracias por tu comentario guapísima, la verdad es que más que ángeles parecen el coro celestial al completo.
ResponderEliminarBesos.
Yo como tia tengo que añadir que no es para tanto. El querubín es angelical cuando esta dormido. Tiene una carita monisima y despierto también (palabra de tia). Un poco despiste si que es, pero bueno, viene de familia.
ResponderEliminarAdemás de vez en cuando se acuerda de las cosas: por ejemplo, último día de vacaciones: ¡tengo que hacer deberes! !tengo un trabajo de ....!
No me digáis que eso no es acordarse de las cosas¡
De todas maneras, para todas las madres de adolescentes: la falta de neuronas que sufren en esta étapa de la vida, se soluciona con la edad. Aunque no recuperan todas, algunas les quedan para soportar el peso de la edad. Un abrazo.
Los 25 me parece temprana edad para dejarselas, todavia yo,esperaria un pelín más!
ResponderEliminarGracias maja,por estos momentos de risa,je,je,je.
Besitos
May.
pues yo creo que algo hay en los genes. he perdido la cuenta de las veces que yo misma me he dejado las llaves puestas por dentro y he cerrado con todas mis ganas la puerta, pensando eso de ¡mierda, ya la he liado de nuevo!
ResponderEliminarun beso y ánimo.