Un día mi querubín, con lo bien que me comía y me dormía va y me dice: "me están saliendo pelos" y levanta el brazo enseñándome una axila que parecía un bosque frondoso.
Ese momento lo cambió todo. A partir de ahí su personalidad de querubín comenzó a ser tan variable como los trajes de Lady Ga-Ga. Unos días se levanta por la mañana y me come a besos y abrazos mientras hincha el moflete y me lo ofrece diciéndome: "tú, dame tú un beso, pero de los grandes", para momentos después, tras decirle yo algo tan simple como:"si cariño, pero abre la ventana y ventila tu cuarto", empieza a protestar, gruñir e incluso en algunas ocasiones soltar un sospechoso humo negro por las orejas.
Mi querubín mide un metro setenta y pesa 60 kilos de angelical corpachón. Es deportista y su anchura comienza a parecerse sospechosamente a un armario ropero. Hace ya unos meses que su principal entretenimiento es colocarse al lado de toda aquella persona adulta que mida menos de un metro setenta y decirle con una sonrisa que le ilumina la cara: "te has quedado pequeñita" -creo que sobre mi querubín tendría algo que decir la psicología-.
Su frase favorita, por supuesto después de "hay algo para comer", es "así te lo digo". Ustedes pensarán en un "así te lo digo" tipo Paris Hilton, con meneo de cabellera y voz aguda. Pues no. El "así te lo digo" de mi adolescente es brusco y con voz grave (como nunca la tuvo aguda nos hemos perdido el , supongo, bonito y a la vez desconcertante proceso del cambio de voz). Con ese "así te lo digo" corta bruscamente cualquier discusión, apoya su discurso e incluso certifica la veracidad de algo. Por poner un ejemplo: mi querubín en la mesa con la mirada baja contándome que en el último control de lengua ha sacado un cuatro, yo mirándole fijamente y comenzando mi discurso de madre de un adolescente (no sé en que estas pensando, ya sabia yo que ibas a suspender, no me dijiste que tenías un examen, así como te voy a ayudar, no te esfuerzas, tú que podrías sacar sobresalientes en todo....) él levantando de manera progresiva la mirada -a la par que la seguridad en si mismo- : "es la profesora que cambio el examen, va a pillarnos, nos tiene manía, además...sólo han aprobado tres personas...¡Así te lo digo!".
Paciencia hija!!
ResponderEliminarYa sabemos que hay que pasar por esto,si te digo la verdad leyendote estoy acojonadilla del tó.
Enhorabuena por el blog,me río un rato contigo.
Besitos
May.
Estoy agotada,no solo porque me lo he leido todo seguido sino porque como madre de varios adolescentes me lo voy imaginando en vivo y en directo. Es cansino muy cansino y además los padres tenemos la memoria debil y con cualquier carantoña estamos listos para otros tantos desplantes. En fin mi queridisima amiga, ya nos iremos viendo y consolando en este arduo caminar. Mientras tanto vamos pintando el slón capilla que parece que no pero desahoga mucho.¿Hay que poner acentos?
ResponderEliminarBesitos