jueves, 10 de noviembre de 2011

EL TERCER HIJO

 
He descubierto que tengo un tercer hijo. Llevaba tiempo sospechándolo, pero en estos últimos meses lo he confirmado y estoy segura de ello.

Se extrañarán Ustedes y se preguntarán ¿como es posible?. Bueno, yo creo que se trató en su momento de un extraño embarazo que finalizó con un parto indoloro y del que nació un hijo invisible (sospecho por su comportamiento que su sexo es masculino -sobre todo por comparación con sus dos hermanos-)

Mis sospechas comenzaron hace mucho tiempo. Yo preguntaba: "¿Quién ha dejado sin dar la bomba del water?". Se hacia un silencio. Yo repetia:" ¿Quién ha dejado sin dar la bomba del water?". Se oía la voz de Querubín: "Yo no", segundos despues Querubincito decía "Yo tampoco".

La primera vez lo deje pasar, pero con los años han ido viniendo muchas situaciones parecidas. Mi pregunta variaba:

¿"Quién ha dejado la luz dada?, ¿Quién ha acabado el rollo de papel de water?, ¿Quién ha dejado las toallas tiradas despúes de ducharse? ¿Quién ha acabado el chocolate? ¿y los yogures? ¿y los caramelos?, etc...

Las respuestas siempre eran las mismas por parte de Querubín y su hermano: "Yo no".

Comencé a pensar posibilidades. Una de ellas era que fuese mi media naranja, pero no, ella nunca usa el baño pequeño y su tensión le hace moderarse mucho con el chocolate. Otra era que fuese yo y luego sufriese súbitos ataques de perdida de memoria, pero me lo hice mirar y no tengo, por ahora, problemas de demencia -aunque los tendré por culpa del tercer hijo, estoy segura-. La tercera era la que definitivamente he llegado a considerar real...tengo un tercer hijo (a mi ulcera nunca la consideré culpable por no tener necesidades fisiologicas).

Este hijo, al que no pienso poner nombre, ha demostrado varias cosas:

- Es invisible
- Caga varias veces al día y no sabe tirar de la cadena (eso o quiere que veamos la textura y el olor para hacerse presente).
- Es extremadamente desordenado y torpe (todo lo que se rompe en casa es por su culpa).
- Sólo se alimenta a base de caramelos, yogures, galletas y chocolate. Jamás prueba las acelgas.

Cuando veo las cosas que hace, vuelvo a mi niñez y recuerdo aquellos bonitos cuentos en los que unos alegres duendecillos trabajaban por la noche para que el buen carpintero, zapatero o sastre tuviera la labor encargada a tiempo. Yo miro a mi alrededor y reconozco que no entiendo porqué a mi (que no seré tan buena como el sastre de cuento, pero tengo mis cositas) en lugar de alguien que se dedique a  planchar, lavar y limpiar la casa, me ha tocado un tercer hijo que es un autentico capullo.

3 comentarios:

  1. Algo me olía yo en casa, pero no, yo no tengo un segundo hijo... En mi casa hay duendes, y también muy capullos, pero ya llevan tantos años en casa que me da pena echarlos, con el tiempo se les coge cariño...

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  2. Tendrá un nombre el niño no?
    Venga,cuenta,cuenta....

    Besitos.
    May.

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  3. la madre del adolescente15 de noviembre de 2011, 11:34

    No le voy a poner nombre que luego me pasa como a Zoraida con sus duendes, le cojo cariño y no hay quién le eche de casa.

    Seguiré llamándole de muy malas maneras.

    Besos,

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