A pesar de mi promesa de no escribir sobre Querubín, me veo en la obligación de comentar alguna cosita para que las benditas madres de adolescentes que me leéis sigáis teniendo información precisa de la evolución de esta especie.
La verdad es que Querubín está de los más aburrido últimamente. Su estado natural es tumbado o comiendo, incluso tumbado y comiendo.
Su único problema actualmente es la filosofía. No entiende porqué tiene que estudiar lo que otra gente pensó. Según Querubín él también puede pensar y no tienen que darle ideas desfasadas y de hace un montón de tiempo. Ayer mismo me lo encontré despotricando sobre las cavernas y me llevó un rato descubrir que hablaba de Platón.
Querubín es más de ciencias. Está disfrutando del laboratorio de química como un loco y no voy a negar que aunque le entiendo (aún siendo de letras, he de reconocer, que tiene mucha mejor pinta preparar una aspirina con acido sulfúrico que aprenderte el método empírico - racional) tiemblo un poco cuando me imagino a mi niño entre productos de riesgo y con un mechero en la mano. Entiéndanme, no es que no confié en él, es que no confió en absoluto y además no creo que la profesora (por muy competente que sea) este capacitada para conseguir que mi Querubín mantenga un mínimo orden necesario para que el laboratorio no vuele por los aires.
Por lo demás evoluciona favorablemente, en este momento con echarle de comer en cantidad abundante, no molestarle mucho cuando tiene la música puesta y recordarle unas cien veces al día que tiene que estudiar más...como si no estuviese en casa.