martes, 22 de octubre de 2013

Oficios variados

Como ya os he comentado en alguna otra ocasión, Querubín quería ser médico hasta el momento en que supo que era una carrera en la que había que estudiar mucho, después de conocer aquella frustrante realidad, y habiendo madurado un poquito (sin pasarnos, ehh...), ahora quiere ser químico. Así, sin más rodeos ni vacilaciones. Querubín siempre ha sido muy simple.

Pero Querubincito, Querubincito, no ha tenido profesiones favoritas ni nada. Lo primero y más duradero fue que quería ser cura, pero no un cura de pueblo cualquiera, ah no. Mi niño quería ser Papa. Estuvo una larga temporada convencido de su vocación hasta que murió Juan Pablo II y mi niño, con su nariz pegada a la televisión, nos dijo: "ya no quiero ser Papa que también se mueren" (creo que mi Querubincito no había captado bien la diferencia entre ser Papa y ser Dios). A partir de ese momento nos dijo que prefería ser cardenal (ni comparar lo vistoso de los trajes).
 
Lo peor de todo es que él no es un niño de medias tintas y cuando llegaron las navidades les pidió a los Reyes Magos...¡Un sagrario!. Claro, nos puso en un aprieto ya que era complicado ir a las jugueterías y decir: "Oiga, perdone, quería un sagrario sencillito" y que la dependienta te conteste " ¿lo quería Usted forrado en pan de oro o algo más barroco con pedrería". Al final todo se soluciono y su querido abuelo agarró una caja de vino e hizo un sagrario de lo más apañadito, con cerradura y todo.

Tras unos años de vocación cardenalicia, mi pequeño decidió ser profesor, pero no maestro de pueblo, no. Querubincito nos dijo que quería ser catedrático de mitología griega en una Universidad de prestigio (él hablaba de Oxford o Cambridge). A partir de ese momento comenzó a pedir libros de mitología (y aunque no lo puedan Ustedes creer...¡Hay muchos libros de mitología para niños!) y actualmente es un experto en divinidades clásicas.

Su otra gran vocación ha sido el derecho, mi ángel quiere estudiar leyes, pero no abogado de pueblo, no. Quiere ser, al menos, juez (yo creo desde hace tiempo que mi criatura lo que quiere en realidad es llegar ropajes elegantes). En este momento tiene junto al sagrario un libro de derecho de la publicidad (es lo que había por casa de mis años en la universidad) y un pin de derecho que se ha comprado este verano en la Universidad de Salamanca (que por cierto, le ha parecido que tiene suficiente prestigio -de lo cual nos alegramos por que pilla más cerca que Oxford-).
 
El otro día en el ascensor nos dijo que ser redactor jefe tampoco estaría mal. ¡¡A ver si va a ser lo de mandar lo que le gusta y no los uniformes!!.

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