lunes, 11 de julio de 2011

YA ESTÁ AQUÍ QUERUBÍN

Ayer llegó Querubín. ¡¡Que alegría, que alborozo!!. Conseguimos que pasaran más o menos dos horas antes de tener la primera bronca ¡¡que cambiado ha venido!!. Eso sí, una vez que empezamos fueron todas seguidas, vamos como siempre.

Vino con las dos maletas que olían sin abrirlas. Según descorrió la cremallera aquello era un revoltijo de ropa sucia (las bolsas que yo le metí para que fuese guardándola debió regalárselas a la familia para que sacasen la basura) que me dió miedo que vienieran los vecinos atraidos por el olor para asegurarse que no había muerto nadie. Su querido padre le ordeno que pusiese una lavadora y creo (preferí no mirar) que metió la ropa sin la maleta (aunque a esta última seguro que también le hacia falta un buen lavado).

Nos enseñó las fotos y decididamente lo de mi ángel no son las bellas artes en ninguna de sus modalidades (bueno, me corrijo, la escritura no se le da mal). Tampoco la fotografía. De aproximadamente 300 fotos, 150 eran del Big Ben. No se pueden Ustedes imaginar la cantidad de variaciones que puede tener una imagen del Big Ben: Desde abajo, de lado, con el sol por delante, con el sol por detrás, cortada, con todo el edificio, por delante, por detrás, de día, de noche, al atardecer, desde un barco....

Lo segundo más fotografiado por Querubín ha sido un edificio que pasaría sin pena ni gloria a no ser por que  a mi querido hijo le recordó en su forma a un pito (si, pito, pene) y le sacó otras veinte fotos desde todos los ángulos posibles (que risas nos echamos, sobre todo Querubincito que aún no ha pasado la etapa culo-pedo-pis).

Nuestra criatura salia en tres fotos (en una cortada la cara) y sus compañeros y compañeras en otras cuatro o cinco. También había muchas de pelicanos, gaviotas y hasta de una paloma (que por Bilbao no ha debido ver ninguna).

Los regalos que ha traído también son reseñables: Dos piruletas (una para su primita y otra para su primo pequeño), una bolsa de caramelos de manzana (a repartir entre sus dos primos mayores) y una chocolatina (de las de cuatro onzas) a repartir entre su amado padre y yo (cuando la abrimos quería que le diesemos una onza y (mala madre y resentida que soy) me negue. A su hermano le trajo dos atrapa dedos (unas mallas en las que metes el dedo y cuesta sacarlo) de una tienda de articulos de broma. ¡¡Que generoso es mi Querubín!!.

Ayer a la noche se cenó un par de huevos fritos mojados en pan y un par de yogures y se fue a dormir tan ricamente la criatura (con la garganta reseca ya que no había parado de hablar desde las cinco de la tarde).

Mañana les contaré más. Ahora estoy agotada.

3 comentarios:

  1. Je je, me han encantado los regalos que os trajo!!! Eso es amor y lo demás tonterías!!!

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  2. Hace días que no reía como hoy: ¡a carcajadas!
    He empezado a leer y no he podido parar hasta terminarlo. A partir de ahora seguirlo me va a ayudar en mis largos y rutinarios días.
    Aunque pueda parecer imposible que tu querido querubín vaya a cambiar algún día cambiará, seguro que llegará el momento, pero no te voy a mentir: todavía te quedan unos cuantos años,¡¡¡que se hacen interminables!!!
    Pero como veo que te llevas bastante bien con tu úlcera y que tienes un humor envidiable (al menos para contarlo) creo que podrás con la situación, y con tus angelitos.
    Un beso enorme.
    Mariví

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  3. Gracias Marivi por tu comentario. La verdad es que yo también me lo paso muy bien escribiendo el blog -cuando tengo tiempo- y me alegro de que os divierta. Mi úlcera también te manda recuerdos.
    Besos,

    Mila

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