lunes, 5 de noviembre de 2012

Residencia de ancianos

Era un día de verano, la familia nos encontrábamos reunidos en un bucólico entorno, mi media naranja le dijo a Querubín que tenía que recoger, Querubín miró a su padre y le dijo con tono amenazador:


" Tú, me tendrías que tratar bien. Tienes que darte cuenta que soy el más listo de tus dos hijos (la autoestima de mi superdotado siempre ha estado por las nubes) y por lo tanto soy el que más dinero voy a ganar. Por lo tanto, continuó mi ángel, si no te portas bien conmigo te pagaré una residencia muy barata y peor que si te portas bien".

Se quedó como un rey mi Querubín (y sin paga un par de semanas -aunque sea contraproducente y no pueda ahorrar para nuestra residencia-).

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