lunes, 16 de mayo de 2011

EL ORDEN

Para mi querubín ordenar es mandarle a alguien que haga algo. De ahí como se encuentra su cuarto.
El lugar natural de las cosas para mi ángel es estar en el suelo y por eso ahí las deja. Los libros, los cuadernos, la ropa, las playeras, los envoltorios de comida, etc...
Día tras día yo llego a la puerta de su cuarto -no me atrevo a entrar, tengo miedo a lo que pueda encontrar si revuelvo un poco- y le digo suavemente:
- "Ángel mío"
-No contesta.
- Grito un poco más:"Cielo"
-No contesta y no hace ademán de haberme escuchado.
- Berreo: "Mi querubín -realmente lo que grito es su nombre, pero como habrán podido observar prefiero que mi criatura mantenga el anonimato-"
- Parece que se mueve.
 No puedo evitarlo y entro aún a riesgo de que algo me ataque entre sus ropas. Me dirijo a su silla y según le toco el hombro, se gira bruscamente y me grita :"me has asustado". Aprovecho y le ordeno (en la acepción del diccionario que él si entiende) que ordene (en la acepción que no entiende o no parece conocer) su cuarto.
Me mira con ojos de carnero degollado y tras echar un vistazo al montón de cosas que están tiradas en el suelo me dice: "ya esta ordenado". El momento gritos y amenazas se lo voy a ahorrar a Ustedes que no se lo merecen, pero consigo que mi querubín se ponga a ordenar el cuarto.
Al cabo de media hora vuelvo y quitando algunos objetos que mi ángel no ha debido ver (es hipermétrope el chiquillo) y que procedo a barrer despiadadamente, el cuarto pasa la revisión.
Mi ángel se va a entrenar. Yo voy a guardar la ropa recién planchada y noto un bulto sospechoso bajo el edredón nórdico... lo levanto y allí está una parte de aquello que una hora antes estaba en el suelo. Miro alrededor y veo como el armario no parece cerrar bien, sé que no debo abrirlo sin protección pero la curiosidad y la mala leche me pueden. Mi úlcera y yo acabamos enterradas bajo un montón de ropa (limpia y sucia) que angelito había "guardado" en el armario. Cuando consigo salir de aquello me dedico a revisar cajones y sacar cucharillas, botes vacíos de yogur, envoltorios de golosinas...Mi ulcera recoge algunos y yo la riño por ello.
Menuda juerga tuvimos cuando mi querubín llegó a casa tras el entrenamiento, no se la pueden imaginar.

1 comentario:

  1. Después de diecisiete años ordenando la habitación de mi hijo, en casa hemos llegado a tres conclusiones:
    1º Mi hijo es muy ordenando y siempre encuentra todo en su sitio (a esta ha llegado mi hijo)
    2º En casa con nosotros viven unos gnomos que nos recogen las cosas y las llevan a su sitio después de que nosotros las dejamos tiradas, o las propias cosas están tan educadas que ellas solitas vuelven a su origen (a esta ha llegado mi marido)
    3º La autoestima de mi hijo es...increíble (a esta he llegado yo)
    ¡ANIMO!

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